domingo, 10 de enero de 2016

Reencuentros y Despedidas

La vida nos regala momentos únicos e irrepetibles con nuestros seres amados en su calidad de hijos, padres, amigos y hermanos de camino.  La alegría de los reencuentros es indescriptible, pero manejar ó lo que es mejor aceptar las despedidas es todo un aprendizaje de vida, pues debemos aprender a fluir con la vida, nada ni nadie es para siempre (además de que a la larga sería muy aburrido, o no?) y se debe llevar en el corazón el gozo de lo vivido y aceptar la tristeza o nostalgia cuando nos despedimos de alguien a quien amamos, pero que sabemos está viviendo su propia experiencia de vida, porque además es imposible evitar que la vida siga su fluir hacia adelante ya que la vida jamás  da marcha atrás (respiro profundo mientras asumo mi nostalgia). Cómo podemos asumir nuestra nostalgia en las despedidas? Les comparto mi propia experiencia.

Imagen tomada de la página Divina Misericordia


1. Aceptar que todos y cada uno de los seres humanos que amamos tienen una experiencia de vida que vivir.

2. Agradecer por el tiempo compartido, en vez de sentirnos tristes o deprimidos por las despedidas, al menos por un tiempo fue posible el  compartir con la persona amada.

3. No permitir que la nostalgia se nos transforme en profunda tristeza y lleguemos a la depresión, agradezcamos lo vivido, pues ese vivencia compartida fué un hermoso regalo de vida que el Amado Padre nos ha concedido.  Reconocer que el apego a alguien es una emoción egoísta que no nos podemos permitir con quienes amamos.  Cuando amamos de verdad amamos desde la libertad y el dejar ser.

4. Vivamos intensamente nuestra propia vida a través del crecimiento espiritual, emocional y mental; así no dependemos de nada ni de nadie, pues la dependencia crea barrotes que coartan la libertad de parte y parte.  Ningún ser humano en prisión puede ser feliz, a menos por supuesto, que tome la decisión de serlo y no tiene sentido amar egoístamente impidiendo el vuelo de quien ansía volar.

5. Los mejores recuerdos y vivencias siempre están atesorados en nuestro corazón, disfrutemos y amemos a conciencia y plenamente en el aqui y el ahora, es el único momento que realmente es nuestro, si lo hacemos no sentiremos nostalgia por el partir, sino agradecimiento por el tiempo y actividades conjuntamente vividas y disfrutadas, Así construimos recuerdos amables con nuestros seres queridos.

Un abrazo queridos lectores, construyan su propia manera de disfrutar los momentos vividos y  la forma de asumir las despedidas de sus seres amados, un abrazo gigante en la distancia.


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