domingo, 21 de agosto de 2016

Carta a Julianita en su Cumpleaños

Amor chiquito de mi corazón, sigues creciendo y como dice la canción parece que fue ayer que nos fuimos con tu papá caminando hasta la clínica y como siempre quisiste ser la primera, pues decidiste no nacer de día como tus hermanos (Jorge a las 7:50 a.m.; Diana a las 8:10 a.m.), sino muy de madrugada, tu naciste a las 2:30 a.m., no naciste antes porque nos tocó esperar que el dr. llegara y la verdad tú venías pidiendo pista desde hacia rato, estabas que te nacías. Y naciste contra viento y marea, creciste valiente y luchadora, logradora de las metas que a lo largo y en las diferentes etapas de tu vida te has propuesto.



Cada ser humano es único, maravilloso e independiente y tú también lo eres; para mí fué todo un reto ser tu mamá porque ya había ingresado al mundo laboral y dejarte en casa con solo 56 días de nacida, que era lo que daban en aquella época de licencia de maternidad fué muy doloroso porque eras tan chiquitita, delicada y frágil.  También fué doloroso el proceso de idas y venidas, durante tus dos primeros años, de la clínica a la casa. Cuidarte y hablarte desde el amor que fortifica y cohesiona y no desde el miedo y la impotencia por lo malo que pudiera pasar con tu salud me ayudó con mis propias inseguridades, pues no podía darme el lujo de que mis hijos me vieran que estaba asustada, así pues que me escudé en mi fortaleza interior y fé en Dios.

El otro reto fué siempre animarte a que creyeras en tí, que siempre serias capaz de lograr lo que te propusieras y no te sintieras ni débil ni fea porque eras muy delgadita y con muchas ojeras, razón por la que alguien te puso el apodo de "milagrito" que a mi nada de gracia me hacía y para colmo te parecías a mí y yo me creía fea, pensaba para mí: "Que vaina que la nena hubiera salido igualita", pero también era un sueño dentro de mi corazón, tener un hijo que se me pareciera y esa fuiste tú.

Lo mejor, todo por el camino se fue componiendo porque creciste fuerte, con excelente autoestima y antes queriendo conquistar el mundo, a medida  que crecías  y te fortalecías sólo requerías apoyo, amor, comprensión y mucha paciencia con tu dulce genio, así poco a poco tu fortaleza y belleza interiores fueron manifestándose. 

Te tocó también enfrentar más niña la dolorosa separación de tus padres, lo cual te ayudó a ser valiente, no depender y no tenerle miedo al mundo, a nada ni nadie, y a seguir adelante y con tu mamá trabajando de día y de noche (para responder por la parte financiera del hogar) aprender a resolver tus problemas solita, contando muchas veces sólo con el apoyo de tu hermano mayor, nonito y tus entrenadores Juan Pablo y Enrique a quienes siempre consideré un par de angelitos enviados de arriba. Siempre viviré agradecida por ellos.

Por duras que sean las circunstancias de la vida nos ayudan a fortalecernos y sacar lo mejor de nosotros mismos para un buen día marcharnos al encuentro de nuestros sueños, así ellos estén en tierras lejanas, como es tu historia de vida.

Feliz cumpleaños amada hija, siempre estás bendecida y protegida, de lo demás te encargas tú hermosa guerrera de la vida y de la luz. Un abrazo apapachadador en la distancia, tú y tus hermanos son mis mejores regalos de vida, los he amado desde siempre.  Han sido tantas experiencias y aprendizajes desde el amor y el corazón, que no me canso de darle gracias a Dios por tu existencia y la de tus hermanos, son el mejor regalo de vida que el Amoroso Padre me pudo dar.




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