domingo, 5 de abril de 2015

Cumpleaños del Mayor de mis Amores

Este año se ha pasado volando, ya estamos en Abril mes en el cual Dios me ha permitido celebrarle un nuevo cumpleaños al mayor de mis amores Jorge Andrés, hoy les compartiré algunas anécdotas de esas que sólo las mamás sabemos contar, que todo el mundo se ríe, pero al "protagonista" no le hace nada de gracia. A propósito! quiéren saber que le regalé de cumpleaños?...Un libro, pero no cualquier libro, el mismo que le regalé cuando estuvo hospitalizado por una cirugía para salvarle la vida debido a una agresión que le hicieron por robarlo cuando tenía 18 años, el libro "El Retorno de Merlín" por Deepak Chopra le encantó, pero alguna vez se me hizo fácil prestarlo (sin pedirle permiso!) y lo peor! el libro se perdió. Jorge Andrés me lo recordó un par de veces y dentro de mi plan de vida tenía contemplado devolverle algún día su libro, pero casi no se consigue, él mismo me contó que lo había buscado varias veces, pero pueden creerlo? casi brinco de la dicha porque lo encontré!, lo encontré! y de paso le encimé otro del mismo autor, para compensarle "la demora". 


Nuestro primer viaje a Bogotá a visitar la Noni






De chico tenía muy buen apetito y hasta los dos años, estuvo bien "agarradito",  el nono Enrique me decía que no le diera tanta comida que cuando estuviera grande lo iban a llamar "El Pote Reyes", pero afortunadamente nunca se cumplió su premonición, en esa época las mamás y abuelas asociábamos buena salud con "llantas muchas llantas".






Aquí la anéctoda no es de él es mía cuando cumplió los 3 años,     me dió por prepararle su ponqué de cumpleaños, se alcanza a notar que me quedó escurrido y decorándolo hubo espuma para todos, Jorgito apenas se reía y también tuvo su espumazo en la nariz





En su cumpleaños número 3, entre sus regalos recibió una capa de la lluvia, le encantó y la usaba así no estuviera lloviendo. Si miramos bien esta foto me encanta porque parece que fuera Alejito y no su papá

Cuando íbamos a las piñatas, lo primero que preguntaba era a que horas iban a servir el ponqué, no le hacía nada de gracia que hubiera demora en la servida, era el punto más importante de la fiesta según él y además si tenía la oportunidad no lo pensaba para repetir.




Le gustaba practicar Karate y me atrevo a asegurar que ese fue un hobby que le hubiera gustado continuar, pienso que nunca es tarde para volverlo a reiniciar, ahora lo podría practicar con Alejito.




Siempre supo que su "herencia" eran sus hermanas, pues yo le decía que en caso de que faltara era él el encargado de cuidar ese par de tesoros, más de una vez con risa me dijo que por favor lo borrara del testamento, que ese par de tesoros era mejor que los cuidara yo, nunca le hizo nada de gracia cuando le tocó recogerlas en las fiestas, hizo cara de "nono" y después de un par de veces nunca más fue a recoger a nadie más a ninguna fiesta.






Cuando cumplió los 7 me pidió de regalo un oso de peluche grande, el papá me dijo que yo lo tenía demasiado consentido y que ese no era juguete para un chico grande, sin embargo se lo compré y a los pocos meses cuando nació su hermanita menor él mismo se lo regaló porque dijo que ese era un juguete para bebés y él ya estaba muy grande para osos.





 La prestada del servicio militar me costó lágrimas a más no poder, me pareció muy injusto que le hubiera tocado, claro no fué a él sólo, casi todos sus compañeros de colegio estaban juntos, lo llamaban "El Contingente de la Salle" sin embargo él si cumplió su deber sin quejarse, siempre le encontró el lado bueno a todo lo que vivió y aprendió. Salió muy delgado porque casi no comía desde que en el casino vió no supo si era de entrada o de salida de la olla de la sopa, o si era una broma que el cocinero sostenía una rata gigante, con eso tuvo para procurar comer por fuera todo el tiempo o aguantar hambre. El capitán del batallón donde estaba respiraba profundo cada vez que me veía (por lo menos una vez por semana fuera de los domingos de visita) y me recordaba amablemente que ese no era un club social donde yo podía aparecer a la hora que quisiera, lamentablemente para él, nunca "entendí" el mensaje.

Bueno queridos lectores anécdotas hay muchas, vamos a ver cuántas puedo compartirles cada año que Dios me lo permita, hasta la próximaaaaaaaaaaaa...Un abrazo gigante  y apapachador


PS: Quienes tengan hijos y nietos de cualquier edad, disfrútenlos, cada momento de vida bien sea de luz o de oscuridad, de alegría o de tristeza es único e irrepetible, la vida misma tiene amaneceres y atardeceres, días soleados y días de lluvia, pero hay que aprender a bailar de día o de noche, con lluvia o con sol, ó cómo dirían los señores con la más fea o la más bonita; eso es amar la vida y vivir plenamente lo cual nos permitirá algún día decir como el poeta: "Confieso que he Vivido".


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