miércoles, 29 de junio de 2016

Viviendo la felicidad de Sentirme Plena

Muchos de los mensajes que nos llegan en el día a día nos recuerdan que la felicidad no es una meta, sino que es parte del camino; bien, hoy quiero compartirles que me siento tan feliz, que no se los puedo describir con palabras, me siento muy agradecida con el Amoroso Padre por cada día de vida que me ha permitido vivir, amar, compartir, soñar, decir te quiero, orar, poder ver bien, leer, volver a estudiar, ver videos o películas, disfrutar los deliciosos alimentos que Dianita me prepara con mucho amor, o los que comparto con mis otros dos hijos Jorgito y familia y Julianita cuando la vida nos ha permitido compartir tiempos juntos o cuando con las amigas nos reunimos a "adelantar cuaderno".  A propósito de lo cual tampoco no he dejado de compartir con las amigas lejanas (esta semana me llamaron Stellita y su esposo desde Bilbao), las más cercanas y las muy próximas.  Una de todas esas maravillosas mujeres que el Padre me ha dado como amigas y hermanas de camino, me ha compartido un escrito que me pareció muy hermoso y por lo tanto no lo puedo dejar de compartir con Ustedes queridos lectores:


Momentos en familia


Desconozco el autor, pero el contenido es muy hermoso, aquí va:

"Dicen que a cierta edad las mujeres nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina, y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes.  Yo no se si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora; nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto cada momento de mi vida.

Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas. Descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas. Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás, y a pesar de ello, quererme mucho y aún amar, sentir, vibrar.  

Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fuí en el pasado. Sonrio a la que hoy soy.  Me alegro del camino andado y asumo mis contradicciones.  Siento que debo saludar a la joven que fuí, con cariño, pero dejarla a un lado, porque ahora me estorba.  Su mundo de ilusiones y fantasía ya no me interesa.  Me interesa ser yo, aquí y ahora.  Que bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr tras los sueños.  Que bien poder disfrutar del silencio y de los pensamientos.  Que lindos son los recuerdos y sonreir tras ellos.

La vida es tan corta y el oficio de vivirla es tan dificil, que cuando se comienza a aprenderlo ya hay que morirse, Por eso trato de vivirla a plenitud como si hoy fuera el último, gozando cada minuto, cada momento, cada "te quiero" cada rayo de sol que me acaricia.  Y tan solo puedo dar gracias a la vida por toda esta maravilla.

Por mis amigas, que al igual que yo viven ahora su realización, que son mi ejemplo, por mis amigas que comparten conmigo sus experiencias en los sufrimientos y en sus alegrías, por las mamás del mundo, porque como ángeles sin alas, acompañan a sus hijos en todo momento, doy gracias a la vida por haberme dado la gran dicha de ser mujer".

Gracias queridos lectores, gracias por ser y por existir y para que la alegría siga contagiosa, les traigo serenata con unos hermosos videos y melodias tomados de Youtube:

El primero es la sonata Nº 11 para piano o Marcha Turca de Mozart, acompañando un hermoso video titulado la Danza de las Flores:





El segundo es el tema musical Victory tocada por el grupo Inglés Bond, acompañadas por la orquesta de André Reiu:



Y por supuesto no podía faltar música Colombiana en esta serenata: la cumbia Ligia interpretada por la orquesta del maestro Vallecaucano Edmundo Arias;



Hasta la próximaaaaaaaaaaaa, un abrazo gigante y apapachador.

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