miércoles, 9 de octubre de 2013

Dolor bendito dolor, cómo me dueles!

Hola queridos lectores,  cuando tienes tanto dolor físico que te duele hasta la vida y  te duele el alma, no sabes que hacer, te dan ganas de llorar, de salir corriendo, inclusive hasta de no vivir. Porque cuando hablamos de dolor, el dolor te duele, no te deja ni respirar porque sientes que hasta respirar duele no te permite moverte, porque cada movimiento por mínimo que sea te agota;  a ratos el pobre cuerpo se queda adormecido de tanto llorar y además muy quietecito para tratar de que el dolor no ataque y se de cuenta que estás ahí.  Algunas veces me puse a llorar amargamente, era el único recurso que me quedaba para poderle hacerle frente y quedarme dormida agotada tanto por el dolor que te quema como por el llanto que te ayuda a sobrellevar esa terrible carga.    






Hay momentos inclusive en los cuales le pides al Amoroso Padre que se acuerde y mejor te lleve suavemente a su lado porque es imposible resistir tanto tanto dolor.   Sin embargo alguna vez una amorosa y muy especial amiga y hermana de vida y de camino me dijo "Vilmita tienes que encontrarle sentido a tu dolor, por qué si no lo haces te perdiste una hermosa oportunidad que trae escondida". Esas palabras hicieron eco en mi corazón y cada vez que lloraba por el atosigamiento del dolor me preguntaba cuál era el sentido y le pedía al Padre que me permitiera la comprensión para entenderlo, pero a veces es tan terrible y quemante que te atonta, te pone fuera de si.

Entre las muchas cosas que he leído y sigo leyendo, no se quien ni en qué parte leí alguna vez que el cáncer duele muy especialmente en dos etapas, en la terminal cuando ya se está apoderando de todo el cuerpo de quien lo padece y no hay ya nada que se pueda hacer al respecto, es cuando muchas veces tienen que aplicarle morfina al pobre enfermo y cuando empieza a desaparecer del cuerpo, es decir quien lo padece se está recuperando. A mí me ha dolido desde el comienzo, y en muchos momentos no era imposible saber, pues a veces este dragón estaba como en una montaña rusa subía y todo parecía muy bien y a veces bajaba hasta lo más profundo del sufrimiento del que no sabes que hacer ni para donde coger, pero que te dan unas ganas locas de no existir porque piensas que no vas a ser capaz de  sobrevivir a ese intenso, punzante, quemante, agobiante dolor que todas las palabras juntas no describen su cruda  y cruel realidad.

Esta dolorosa enfermedad a ratos sientes que acaba contigo en todas formas, pues ya no trabajaba y cuando se me abre una nueva puerta gracias a la maravillosa oportunidad que me ofreció la Dra. Amanda en la UCC de Villavicencio no pude aceptar porque tuve una terrible y dolorosa crisis de retroceso, me salieron nuevas y muy dolorosas vetas que me impedían realizar cualquier movimiento y me mantenían practicamente todo el día tendida y paralizada en una cama, les mandé una carta de agradecimiento al Dr. Alfonso y a la Dra. Amanda por su valiosa e invaluable ayuda y lo más importante el deseo de apoyarme en un momento tan difícil y que tanto lo necesitaba, pues ya había tenido que vender el carro, salir de mis cosas y eso sumado al dolor y a sentir que te vas a consecuencia de ese dolor que te está matando, te acaba de doblegar, te entregas por completo y te preparas para irte de la mano del Amoroso Padre, le dices adios a todo.

El dragón me fue poco a poco acorralando, con la recaída me quitó la oportunidad de seguir trabajando, me quito la calidad de vida pues cuando sientes esas bocanadas de fuego que te queman y te abren nuevas y más dolorosas llagas y úlceras, cuando tienes que venderlo todo porque al ya no ser productiva profesionalmente las facturas si siguen llegando y los pagos se van atrasando y como punto adicional  al no realizarte el tratamiento convencional  en la eps no te dan ni una incapacidad (cómo si la incapacidad tuviera que ver sólo con el tratamiento y no también con la enfermedad). El dolor me agotaba cada día pues el desaliento físico era mayor porque después de cada sesión de profundo, terrible y horrible dolor quedas tan agotado que te sientes hecho polvo.  De pronto hubo una luz para empezar a reorganizar mi vida en alguna forma: A mi hijo mayor se le presentó una nueva oportunidad laboral en el hermoso llano colombiano y de entrada mientras probaba y se decidian con su esposa si se iban o se quedaban, yo me fui con él y por ahora compartíamos juntos esta muy dolorosa experiencia de vivir con su señora madre en medio del dolor, pero con la alegría de ir encontrando soluciones.  Pero las llagas seguian apareciendo y el dolor también seguía aumentando, tuve que ir al Valle del Cauca pues mi siguiente destino sería vivir con mi otra hija la mayor de las chicas y me fui a conocer, me pareció una tierra hermosa (ese ha sido otro regalo escondido del dragón conocer la hermosa geografía de mi amado país) a raíz del viaje, mi hija aprovechó y  me llevó donde un médico homeópata quien al ver todas mis heridas y el dolor nos manifestó que nunca había visto un cáncer con una metástasis tan invasiva y agresiva, que si no tomábamos medidas al respecto probablemente no pasaría de 12 días (a ese dragón le encantaba asustarme), nos mandó medicinas, recomienda una dieta que yo ya llevaba al cien por ciento, bajar el estrés y seguir un tratamiento (el cual no pude seguir por lo costoso, solamente tomé esa primera parte ya que toda la familia colaboró totalmente) y además la familia me recomendó que me fuera a vivir a una finca con unos tíos de mis hijos para ver si allí  podía recuperarme. Al principio no quería aceptar no es fácil estar en una cama y que todo te lo tengan que hacer, es terrible, pero bueno acepté y como los dos son tan amorosos tanto mi cuñada como su esposo, sus cuidados me ayudaron a sanar y yo me entregué al Amoroso Padre; "haz Señor tu voluntad", ya sentía que no tenía más caminos que seguir.

Y eso funciona! simplemente rendirte, entregarte y saber que en cualquier momento es tu hora, entonces pues ya no hacen falta cosas materiales, ya no hace falta trabajar, ya no hay más caminos que recorrer, sólo te quedas con el dolor de ver a tus hijos sufriendo por la impotencia, pero ya humanamente no hay nada que se pueda hacer, el dolor te doblega y te entregas a la voluntad del  Amado Padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario