sábado, 14 de septiembre de 2013

La oficialización del arribo del enorme dragón (cáncer de seno) a mi vida

Cuando el cáncer ataca a una persona no la ataca sólo a ella,  el círculo de la familia más allegada también sufre y se quedan mudos ante el dolor pues no saben que decir, lo mismo con los amigos(as) más cercanos.  En mi niñez me sentía triste porque no tenía ni hermanos ni hermanas y el “bullying” de esa época me hacía llorar (claro ya había dicho que soy una llorona de miedo) porque los compañeritos de estudio me decían que mis hijos no tendrían ni tíos ni tías, afortunadamente tuvieron excelentes y por montones jajajaja y yo me precio de tener “hermanas de vida” con las cuales hemos llorado los momentos tristes y hemos celebrado la vida, así una de ellas estuvo al “frente del cañón” para cambiar sus horarios e ir a recoger las órdenes y luego llamar o cuando fue necesario ir a hasta la ips para que agilizaran los procesos y me pudieran atender fuera de mis horarios de trabajo (amiga Rocio siempre estás bendita allá en la distancia con tus amados hijos y nieto, mientras te llega tu chiquitín); además la ventaja de ser docente es que siempre me han tocado unos alumnos muy humanitarios y de gran corazón, un alumno trabajaba por ese entonces en la  eps  que en  esa época me cobijaba, entonces cuando le conté lo que me estaba pasando me abrazó y me dijo: ..”no se preocupe profe (me encanta ese término) yo la voy a ayudar para que las órdenes salgan muy rápido y la orden de la cirugía se la voy a cambiar de médico general a mastólogo especializado en cáncer de seno, tenemos uno buenísimo”…  y cuando me lo nombró era uno con el cual  con mis hijos habíamos decidido pagar la consulta  por aparte pues si tenía  excelentes referencias.



Imagen tomada de la película "Brave"




Por supuesto cuando me entregaron los resultados de la mamografía fuimos a su consultorio y al revisarlos con cara de gran preocupación nos dijo (al principio mis hijos mayor y menor no se perdían ninguna cita, pues era su forma de decirme: estamos contigo ma, la otra hija estaba lejos y por teléfono le íbamos informando como iba todo) el doctor se rascó la cabeza y me dijo: … “le está pasando algo muy grave tiene un BI RADS IV, que yo creo que ya está creciendo aceleradamente y ahora está casi en un V, pues está de 3 cms según el examen, entonces vamos contra reloj porque puede ser que no le queden más de 2-3 meses de vida si es muy de buenas”... mi hija menor estaba en el consultorio ya que a mi hijo mayor no le permitieron entrar o no se sentía bien para hacerlo y derramó bastantes lágrimas  gigantes, sin hacer escándalo. El dr. me ordenó entonces un biopsia y  le puso "urgente" por supuesto  el trámite fue muy fácil  y ágil pues mi alumno de aquella época estuvo muy presto a ayudarme (bendito seas donde quiera que estés) y mi amiga reclamó las órdenes y cuadró horarios, en  momentos difíciles se ratifican los amigos.

Se llegó el día de la biopsia por decisión unánime también entró mi hija menor, el mayor dijo “yo me quedaré afuera  y esperaré para lo que necesiten, no soy bueno para ver sangre”, mi hija le preguntó al doctor si iba a ver sangre y el dr. le contestó en forma de broma …” si y mucha” empezó por la anestesia  que en momentos de tanto estrés no funciona para nada y lo que hace es que el punzón tan grande en esa clase de tejido sea doloroso de cualquier manera, y luego me insertó una aguja del tamaño que yo creería era para atender una vaca (obviamente en mi humilde ignorancia  y él me tranquilizó era muy humano y mientras se preparaba nos iba contando casos realmente dramáticos según él) cuando te enfrentas a una noticia de éstas todo te parece más grave de lo realmente puede ser, cuando  vi la aguja  me aterroricé.  Empezó a hurgar dentro de mi seno, pues la aguja tenía en la punta la forma de una aguja de tejer gigante, de pronto salió un chiflón de sangre gigante y mi hija se puso a llorar, él la calmó y le dijo que no se preocupara que había por ahí un vasito roto y  que le ayudara a poner papel en la camilla  para evitar que se cayera sangre al  piso, ella no soltaba mis manos y me decía “animo madrecita valiente” el dr. sacó 4 muestras y  luego me preguntó si me aguantaría una 5ª?, le contesté que entrados en gastos de dolor una más o una  menos no hacía la  diferencia y volvió con aquella terrible y gigante aguja a buscar más tejido de mi pobre “puchequita” (así la llamo desde que fue  oficial la llegada del dragón). 

Empezó mi camino de dolor:  Salí sangrando un poco y tan adolorida que pensaba que me iba desmayar del dolor, mi hijo nos esperaba, compró unos calmantes suaves y unas gasas para hacer curación, me miraba con infinita tristeza, dolor e impotencia y miraba a su hermana y ella le devolvía la misma mirada, nos fuimos a casa todos tres llorando y sólo me tenían de las manos pues no estaba en condiciones de recibir ni un abracito por tener tanto dolor.

Le preguntaba al amado  Padre Creador: ¿Dime para qué me está pasando esto?  ¡Cuál es la lección de vida que debo aprender?  y cuál es el maravilloso regalo que ésta dolorosa y terrible enfermedad me trae?.  Ya iba corriendo el tiempo y mis hijos mayor y menor trabajaban en Guatiguará y a medio día se la pasaban abrazados llorando, a pesar de que todos sabemos que la muerte nos llega en algún momento, creo que nadie está preparado para enfrentar así de repente:  que le digan “le quedan 2-3 meses de vida” afecta no sólo a la persona a quien le dan el diagnóstico, sino por supuesto a su familia y de pronto a ellos les da más duro por el dolor de la impotencia y el ver a su ser querido (especialmente si es la querida mami que ya llevaba muchos años haciendo de mamá y de papá) así doblada del dolor y con un pronóstico tan trágico se derrumba hasta el más valiente;  además estábamos en ese momento de fiesta era oficial la llegada del primer nieto (los contrastes de la vida: nacimiento y muerte) pero faltaban más meses para que el bebé arribara a esta vida que mi pronóstico médico, pero el tener fe y fortaleza a pesar del cruel dolor (aunque algunas veces tengo que confesar que me derrumbé y creí que ese dolor me iba a matar) y el  terrible   pronóstico me han ayudado a estar en pie, pues ese hermoso príncipe de mi corazón cumple la próxima semana dos (2) años) y está muy muy hermoso  (no hay abuela que no diga que sus nietos o nietas son hermosos).  Además tenía la tarea de informarle a toda la familia empezando por mi madre (soy hija única) de la dura realidad y cruel camino que empezábamos a recorrer y a batallar con un cáncer a bordo del barco de la vida.



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