viernes, 9 de mayo de 2014

Un homenaje a las Grandes Madres

En mayo normalmente se celebra el día de la madre y quiero aprovechar para rendirle un homenaje a las grandes madres trabajadoras, que en Colombia representan un porcentaje muy alto, parecen y es que realmente lo son "mujeres maravilla" porque están al frente de la formación en valores, dar amor, proteger, atender las necesidades de sus queridos y amados hijos, pero también la gran mayoría son proveedoras del sustento que sus hijos requieren, claro que también merecen un homenaje muy especial aquellas madres que por decisión de vida y porque cuentan con esposos amorosos  que las respaldan se quedan en casa al frente de la causa vital de criar hijos sanos a nivel espiritual, mental y físico, es un trabajo enorme y al que tristemente en nuestro país a veces no se le da el reconocimiento que debe ser.



Hoy quiero rendir un homenaje especial a todas las madres colombianas y por qué no del planeta entero pues he visto madres de otros países y culturas y es admirable ver que es cierto que el amor no tiene raza, ni color, ni idioma, el amor se vive y se siente porque sí, por eso algunos sabios dicen que lo más cercano al amor de Dios es el amor de una madre en cualquier parte de este planeta.

El homenaje a todas las madres lo voy a hacer a través de tres madres mayores quienes tienen todas en común venir de ser humildes campesinas a quienes la violencia que ha aquejado a nuestro país las desplazó de sus hogares y tuvieron que viajar a otros lugares donde desafortunadamente en su momento muchas veces no fueron bienvenidas ni respetadas (y que triste, pero sigue pasando aún hoy en día). La primera por su puesto mi madre, quien viene de un hogar donde mis abuelos tuvieron muchos hijos y el abuelo consideraba que eran mejores los hijos que las hijas porque servían para el trabajo y las mujeres sólo servían para la cocina y para tener hijos por eso en esa época a duras penas mandaban a los niños a la escuela rural, pero como mi madre insistía en que ella también quería ir pues le tocó para lograrlo cada día "echarse a las costillas" una carga de leña para producir lo de su uniforme, cuadernos, aportar la tiza porque ni siquiera eso había en la escuela y por supuesto aportar para la casa.  Cuando tuvieron que salir huyendo por los campos al comienzo "cargaron" con una que otra gallina y marranito pequeño, pero como los animales hacían ruido y hacia los ruidos se dirigían los disparos tuvieron que dejarlos por el camino y dormir a veces en los árboles, en las cuevas o donde se pudiera; por el camino se les perdió el niño menor y nunca más supieron de él, como pudieron y casi que cada uno por su lado llegaron a una fría e inhóspita ciudad llamada Bogotá, vivieron en las calles y las mujeres tuvieron que ir a trabajar a casas de familia donde los patrones los trataban terriblemente mal, en aquella época les pegaban a sus empleadas que eran apenas unas adolescentes inocentes, les negaban lo mínimo que era comer de lo mismo que comían los dueños de casa ó un pago en dinero y tampoco por supuesto les permitían estudiar, fueron pues seres humanos a los cuales se les negó cualquier forma de vida digna (mi madre recuerda esa época con mucha rabia, dolor y por supuesto odio, y cuenta que alguna vez una "señorona" de esas la metió de cabeza al inodoro, golpeándola porque hizo algo mal).  Por supuesto buscando afecto y protección se encontró por los caminos de la vida con mi padre y de esa relación nací yo, a la pobre le tocó enfrentar en esa época el escarnio público por ser una madre soltera y como no lograron entenderse con mi padre cada uno siguió su camino por aparte luego de una batalla campal por la bebé.  Sin embargo mi madre siempre ha sido una guerrera, se enfrentó al mundo y realizó toda clase de trabajos, algunos nada dignos, pero nunca se dejó amedrentar ni se sintió incapaz de no salir adelante sola, estudió de todo, desde modistería y hasta diseño con Arturo Tejada, cocina, enfermería, aprendió a conducir y mecánica de carros  y cambió con mucho valor y dolor la historia de su vida, un homenaje en la distancia a esta valiente madre a quien amo entrañablemente.

La segunda madre valiente es doña Carmen la abuela paterna de mis hijos una historia de vida en algunas partes muy similar, pero ella tuvo una madre muy valiente doña Romelia la bisabuela a quien los golpes de la vida transformó en un ser amoroso y unificador y siempre apoyó a todos sus hijos y los trató de mantener muy unidos, de hecho hoy en día me parece muy bonito que siguen siendo una familia muy unida, doña Carmen encontró por los caminos de la vida a quien fuera su esposo, el modelo del hombre santandereano recio,  trabajador y responsable y tuvieron 10 hijos, yo me le quito el sombrero porque eso santanderanamente hablando "es arrecho" criar tantos hijos, con muchas dificultades y en sus comienzos debido a la violencia hubo tiempos en los que los dos tuvieron que vivir escondidos y otros huyendo, pero lograron salir adelante y darle educación y buen ejemplo a todos.  Doña Carmen además de atender su hogar, su esposo, sus hijos aprendió también a coser para contribuir con las finanzas de la casa, también atendía en la tienda de barrio que montaron en San Alonso, siempre ha atendido con mucho cariño a todo el que llega a su casa y expresa su amor a través de la deliciosa comida que prepara para todo aquel que llegue a su casa y le tocó la dura tarea de enfrentar la pérdida de dos de sus seres queridos el menor de sus hijos a causa de una meningitis y su amado esposo como consecuencia de un largo y doloroso proceso de cáncer de vías digestivas, sin embargo sigue en pie y adelante a pesar de las dolencias físicas y de vida y sigue siendo aún gracias al Amoroso Padre que lo permite la amada madre y abuela de sus hijos, nietos, bisnietos y creo que retataranietos, un abracito de vida a alguien a quien quiero mucho y llevo en mi corazón.

La otra madre a quien quiero y admiro es a doña María la señora que me ayudó con las labores de la casa y cuidado de mis hijos ya grandes durante casi 20 años, ella viene también del campo con una niñez muy dura, pero eso la  transformó en un ser muy amoroso y servicial, se desvive por atender de la mejor forma posible y se hace querer porque ella es amor incondicional, aguantó con amorosa paciencia el desorden de mis hijos (tengo que reconocer que ese punto es uno de mis fallas, no los enseñé a ser ordenados) y es el mejor modelo de vida en cuanto a que siendo un trabajador honesto se sale adelante, se es ejemplo de vida y se saca una familia adelante, pues doña María es muy honesta si uno se descuida no le quita sino que le aporta, porque si algunas veces llegaba y no había pan, iba corriendo a la tienda compraba y luego cuando yo llegaba me decía y siempre entregaba los billetes y monedas que encontrara en la ropa. Doña María tiene un hogar modelo, un amoroso esposo que viene del campo, pero también es un hombre muy trabajador y honesto y tuvieron dos hijos y un hermoso nieto que también son ejemplo y modelo de vida de esos colombianos honestos y trabajadores que vale la pena conocer. Recién que la conocí, yo le pagaba por encima de la media que pagaban el día, ella no me quería recibir y yo le decía que lo que ella hacía y con el amor que lo hacía no tenía precio y que además era lo mínimo que debía recibir por su trabajo y le enseñé a que le cobrara eso a sus otras "patronas" me contestó que no, que le daba miedo porque ella necesitaba trabajar, yo le dije que pidiera sin miedo que la que no se lo pagara no merecía tenerla a ella como empleada y entonces me comprometí a buscarle reemplazo para los días en que se quedara sin trabajo y así poco a poco se fue quedando sólo con las patronas que además de valorarla y respetarla le reconocen la importancia de su trabajo y le pagan muy bien.  Ella durante el doloroso proceso de mi enfermedad, subía, bajaba, iba a hacer mercado porque por supuesto hubo días en que no fuí capaz de levantarme de la cama, en los días del restaurante también subía y bajaba para apoyarme y acompañarme, la verdad es que cualquier cosa buena que diga de doña María se queda corto en reflejar la magnificiencia de la gran mujer, madre, trabajadora y amiga que fue conmigo, me dolió en el alma alejarme de ella, pero siempre la llevo en mi corazón con mucha gratitud y amor porque fué un ángel de vida que sacó fuerzas para levantarme cuando yo no fuí capaz de hacerlo. Un abrazo de vida para alguien a quien quiero, respeto y llevo en mi corazón con mucha gratitud.

Toda madre que de corazón ame a su hijo y realmente lo demuestre con actos de vida es una gran madre, ningún ser humano es perfecto y por supuesto las madres a pesar de que quisiéramos, tenemos que reconocer que somos perfectamente imperfectas, pero bueno lo importante es el amor incondicional a través del cual amamos a nuestros hijos solamente por el hecho de que lo son y ellos nos aman solamente por el hecho de que somos sus mamás.  Un abrazo de vida y una felicitación a todas las madres en su día, además de las 3 grandes que mencioné a otras también grandes: mi nuera, su señora madre y hermanas,  todas mis cuñadas y  las tías de mis hijos, mis amigas y hermanas de vida y de camino, las sobrinas, las alumnas que con el tiempo se vuelven como mis hermanitas "chiquitas" algunas empezando por este camino de ser madres y a muchas amigas  a quien también admiro y respeto por ser muy madres, un abracito de vida para todas.  Les comparto una foto tomada con doña María y mi nieto pues como ella quiere tanto a mi hijo, su hijo es también como si fuera su nieto pues le dió amor y cuidados siempre que pudo, les quedo debiendo la foto de las dos abuelas de mi hijo juntas, porque no la encontramos, tengo muchas cosas por organizar especialmente fotos.








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